El 24 de marzo, recibí muchas llamadas de teléfono. 2 de ellas, eran peculiares, agradables, y más que todo, cargadas de buenas vibraciones.
Un antiguo profesor de historia que tuve el año de mi bachillerato en mi colegio de los jesuitas en Líbano, me llamó desde Canadá, dónde vive en la actualidad. Es él quién me dio, con su manera de contarnos la historia de Líbano y de la segunda guerra mundial, el interés por la política. Un profesor como pocos los hay, hoy en día.
Y la otra llamada, también de teléfono, venía sonando desde Friusa en Punta Cana, dónde voy, a menudo, cargada de juguetes, cuadernos, lápices, ropa y medicina….etc.
Al descolgar el teléfono, la voz de Casimir al otro lado de la línea. me cortó la respiración y hizo deslizar unas lagrimas sobre mis mejillas.
Cuanta amistad, amor, agradecimiento tendrán esas personas hacia mi labor para llamar desde la Republica Dominicana hasta España, con lo poco dinero que tienen. Nunca, desde hace 6 años, se olvidan de la fecha de mi cumpleaños. Desde aquí, quiero rendirles homenaje por su generosidad.
Se dice de ellos que son pobres, marginados, refugiados.
Yo digo que son humanos, fieles, ricos en amistad, y mejor persona que cualquiera.
Son ellos los que detienen la verdad y la realidad de las cosas.
Sencillez, humanidad, humildad, alegría y fidelidad.
Adoro, a Casimir, Pedro, Rodolfo, Jennifer, Malya, Orson, Belki, y todos los demás.
Os echo de menos. Mucho…
Soy conciente que no podrán leer esta nota.
Gracias a todos por estar allí y darme una razón más para luchar a favor de los desfavorecidos, en este mundo lleno de injusticias.
Esto que publicas en tu blog no hace mas que ratificar mi convencimiento de que "el que siembra, recoge los frutos". No cambies nunca.
ResponderEliminarGracias Carmen, No cambiaré, nunca. Trataré de ser la misma persona, con las mismas ideas, y los mismos valores. Un beso
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